Las infraestructuras de TI son la base de las operaciones empresariales, pero su gestión se ha vuelto más compleja debido a la aparición de nuevas tecnologías y el aumento de las ciberamenazas. Los equipos internos de IT se encuentran bajo presión, ya que deben mantener la infraestructura segura y actualizada, mientras intentan adaptarse a modelos de trabajo cambiantes, como el remoto e híbrido, y a las crecientes demandas de almacenamiento y análisis de datos. Esta carga operativa les impide dedicar tiempo a explorar nuevas soluciones tecnológicas que puedan impulsar el crecimiento del negocio.
Para aliviar esta carga, cada vez más empresas optan por proveedores de servicios gestionados (MSP), que se encargan de la gestión diaria de la infraestructura, garantizando altos niveles de seguridad y disponibilidad. Esto permite a los equipos de IT centrarse en desarrollos estratégicos y en la adopción de nuevas tecnologías, como plataformas en la nube, que faciliten la expansión de la capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos, así como la implementación de aplicaciones y servicios innovadores para mejorar la competitividad del negocio.